Nuestro objetivo es aumentar el rendimiento de las redes de distribución. Una avería, aunque sea pequeña, nunca se va a reparar por sí sola y con el tiempo, se convertirá en una fuga importante que puede salir a la superficie en el momento más inoportuno.
En ese momento, podría causar posibles daños a terceros y socavones con un gran coste de reparación. Por ello, con un buen sistema de búsqueda de fugas podremos evitar que se eleven los costes variables del Servicio.
Para la prelocalización de fugas es imprescindible disponer de los planos de Abastecimiento actualizados, para delimitar los puntos de registro e ir evaluando in situ el estado de las tuberías con equipo especializado y sin necesidad de obra.
Lo más importante es controlar el caudal de salida del depósito del municipio para poder localizar con facilidad anomalías en el consumo. Esto se puede solucionar fácilmente mediante la instalación de un registrador de datos, conectado a un contador a través de un emisor de pulsos. Toda esta información llega al usuario a través de una plataforma de visualización con gráficas que permiten localizar con facilidad estas desviaciones en el consumo.
Una vez detectado el problema es momento de pasar a la localización de las posibles fugas. Para ello, el método acústico más utilizado es la auscultación del terreno con geófono, ya sea indirecta, sobre el terreno, o directa, sobre la propia tubería (llaves generales, acometidas, bocas de riego, etc.).
Una vez detectada, se puede acotar la avería con una mayor exactitud usando el correlador digital. Este aparato puede precisar la localización de la fuga mediante el análisis de las ondas producidas por el ruido que produce, gracias a dos acelerómetros colocados en los dos extremos de la tubería.
El procedimiento consiste en el llenado de la tubería a revisar con una mezcla de Hidrógeno al 5% y de Nitrogeno al 95%. Es conveniente verificar con el equipo, en el extremo opuesto al de llenado, que la mezcla ha completado la instalación. Posteriormente, se eleva la presión hasta unos 2 bar. A mayor presión de llenado más rápida será la detección. Una vez completado el proceso anterior se revisa la red caminando sobre su vertical. El gas insertado en la red busca la salida más fácil hacia la superficie atravesando cualquier tipo de recubrimiento del terreno.
Al detectar hidrógeno nos indica la avería se encuentra próxima. La situación exacta de la fuga se determina por la cantidad de gas encontrado. A mayor cantidad de gas, mayor proximidad del punto de rotura.