Potabilización

Tratar hasta conseguir la mayor calidad para consumir con plena garantía

El agua, tal como la encontramos en la naturaleza, no es apta para el consumo humano. Su paso por el suelo o simplemente al contacto con el aire, se contamina y se carga de materias en suspensión. La presencia de estas impurezas exige el tratamiento del agua antes de ser utilizada.

Los procesos de tratamiento de potabilización constituyen el único medio por el cual un agua procedente de una fuente de abastecimiento (embalse, río, etc.) es sometida a una transformación de sus características para adaptarlas al patrón de calidad establecido, a fin de cumplir con los requisitos físico-químicos y bacteriológicos propios de un agua potable.

En la potabilización el agua es tratada con el fin de convertirla en: apta para el consumo humano. Existen diferentes tecnologías para potabilizar el agua, pero todas deben cumplir los mismos principios.

El tratamiento de las aguas se realiza mediante una serie de procesos, que dependiendo de la calidad inicial del agua a tratar, serán del tipo A1,A2 ó A3. Los procesos más completos se desarrollan en una Estación de Tratamiento de Aguas Potables (ETAP) o en una Instalación de Desalación de Agua Marina (IDAM ). Las etapas más habituales son las siguientes:

  • Cámaras de mezcla.
  • Cámaras coagulación y floculación.
  • Decantadores.
  • Filtración.
  • Remineralización y desinfección.