La contaminación de las aguas es un factor importante que rompe la armonía entre el hombre y el medio ambiente.

Los vertidos de aguas residuales urbanos contaminan los cauces superficiales y las masas de agua, siendo insuficientes los procesos de autodepuración. Es imprescindible ayudar a la Naturaleza con la construcción de barreras a la contaminación.

El control de la depuración se lleva a cabo a partir de la información generada en los controles analíticos. Desde el laboratorio se analizan y vigilan los parámetros de funcionamiento para que puedan ser regulados según las necesidades y posibilidades de las diferentes Depuradoras.

Para depurar el agua, generalmente es necesario combinar varios tratamientos elementales en los procesos. Un proceso secundario está compuesto, normalmente, por las siguientes etapas:

• Pretratamiento
• Decantador primario
• Tratamiento biológico
• Decantador secundario
• Tratamiento de Fangos

Por otra parte debe establecerse una metodología basada en la mejora continua, que permita optimizar el control del proceso de depuración.

Ciaqua implanta un plan analítico de las EDARs para asegurar una gestión óptima tanto desde el punto de vista del proceso como del control de calidad del afluente y residuos generados.

La Directiva Comunitaria 91/271 sobre el tratamiento de las aguas residuales urbanas, establece una serie de exigencias que deberán cumplir los vertidos de las instalaciones de depuración para garantizar que no tengan efectos nocivos sobre el Medio Ambiente y no impidan que las aguas receptoras cumplan otras Directivas Comunitarias.

El R.D. 1310/1990, de utilización de los fangos de depuración en el sector agrario legaliza el reciclado de los fangos y establece un marco normativo y los primeros requisitos para la utilización agrícola.